Desde 2007, el mundo de la energía ha experimentado grandes cambios: la desregulación europea, el fin de los monopolios, sin olvidar la preocupación por el calentamiento global.
La fuerte competencia ha iniciado una guerra de precios. Los operadores intentan ganar esta guerra ofreciendo servicios de alto valor añadido.
Para lograrlo, los profesionales de la energía deben invertir en nuevas tecnologías de la información para explotar y mejorar sus datos. Los actores históricos necesitan conocer mejor a sus clientes para retenerlos, y los nuevos necesitan desarrollar su generación de contactos y reforzar su eficacia comercial.
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