Un autónomo se define como la persona física que realiza de forma habitual, personal y directa, una actividad económica a título lucrativo, sin sujeción a contrato de trabajo.
Es decir, un autónomo es básicamente una empresa unipersonal.
Y para que una empresa vaya bien, sea o no unipersonal, se tiene que prestar atención a los clientes presentes, a los futuros, a los impuestos, a la formación, a la competencia y a un larga lista de funciones.
Por eso podemos decir que, habitualmente, un autónomo es un hombre orquesta que tiene que encargarse él solo de algo que habitualmente harían entre varias personas.
Así, toda la ayuda para optimizar procesos y ser más eficiente (especialmente en las áreas más críticas del negocio) que pueda recibir un autónomo, es poca.
Incluso un autónomo utiliza diferentes programas para ayudarlo en su gestión comercial y es ahí donde entran en juego los CRM.
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