Una reclamación, una queja, un incidente… Poco importa cómo la llamemos: hay que tramitar esta petición rápidamente.
Gracias a una base de conocimiento compartida, todos los agentes del servicio de atención al cliente proporcionan una respuesta homogénea. Como hay clientes que merecen más atención que otros (estratégicos, VIP, oportunidad comercial en curso), un sistema de alertas permite ver sus reclamaciones de forma prioritaria.
Y como el servicio de atención al cliente trata las reclamaciones en equipo, también hay disponible una vista de equipo.
Así, un asesor puede tomar solicitudes en espera y tramitarlas unas después de otras.
En paralelo, el director puede asignar las reclamaciones en función de reglas profesionales: competencias, idioma, disponibilidad…